Nombre original: The wrestler
Director: Darren Aronofsky
Guión: Robert D. Siegel
Reparto: Mickey Rourke, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood y otros
Música: Clint Mansell
Duración: 109'
País: EEUU
Año: 2009
Randy (Rourke) es un luchador que vive de su antigua fama, buscando volver a la misma, aunque su edad y su vida de excesos le ponen trabas en el camino. Sabiendo que está cada vez más enfermo, decide visitar a su hija (Wood), a la cual no ve desde que era pequeña. A su vez, entabla amistad con una bailarina erótica (Tomei), a la cual su rama de trabajo también le exige una juventud que ya no tiene.
Creo que lo que más me gustó de esta película es lo literal que hace la idea de que el dolor físico no es nada a comparación del dolor emocional. El protagonista está solo, sin poder establecer una relación estable con su propia hija; es una estrella del pasado cuya popularidad se fue apagando. ¿Por que continúa en un trabajo que su cuerpo se resiste a sostener? Porque, en su mirada, es lo único que sabe hacer, lo único que disfruta, donde las heridas se curan mucho más rápido que las frustraciones emocionales de la vida real. Las actuaciones son excelentes (Tomei se está convirtiendo en una de mis actrices favoritas); no se la pierdan.
